En nuestro último artículo, exploramos la fascinante historia de cómo el municipio de Madera en la región noroeste del estado de Chihuahua se convirtió en un faro de oportunidades gracias a la visión y pasión de destacados empresarios. Esta tierra, rica en tesoros naturales, se convirtió en un imán para individuos como William C. Green, cuya llegada a la región a fines de 1904 desencadenó una era dorada de prosperidad y crecimiento.
William Cornell Greene, un empresario estadounidense de renombre, se había destacado previamente por su audaz descubrimiento de ricas reservas de cobre en Cananea, Sonora, México. En 1899, fundó la prestigiosa Compañía Consolidada de Cobre de Cananea, también conocida como The Cananea Consolidated Copper Company, SA, dejando una huella indeleble en la industria minera. En 1905, Green expandió sus horizontes al embarcarse en la construcción del Río Grande Sierra Madre and Pacific Railway Co., una empresa dedicada a la creación de ferrocarriles, y la Sierra Madre Land and Lumber Company, que nació con la noble misión de aprovechar. los tesoros forestales del noroeste de chihuahua. William C. Greene, figura indiscutible entre los empresarios más exitosos del mundo, llevaba consigo un prestigio que hacía eco en los pasillos del mundo de los negocios.
Fue mediante una concesión otorgada por el entonces Gobernador del Estado, Don Enrique C. Creel, el 7 de enero de 1905, que Green obtuvo el permiso para establecer The Sierra Madre Land And Lumber Company en la zona que en ese entonces se conoció como la Ciénega de San Pedro. Esta concesión abrió las puertas a la instalación de aserraderos, una fábrica de papel, una de muebles y una planta destinada a la fabricación de madera aserrada.
A principios de 1906, después de adquirir los terrenos necesarios, el Sr. Green puso en marcha el primer aserradero móvil de tipo circular, ubicado a escasos 4 kilómetros de la Ciénega de San Pedro. Esta iniciativa tenía como propósito principal proporcionar la madera necesaria para la construcción del aserradero principal, que se construyó en 1907 con una capacidad de producción diaria de 85,000 pies de tabla. La llegada de esta empresa y su inversión no solo transformaron la región, sino que también generaron un cambio en el nombre de la comunidad, que pasó de ser la Ciénega de San Pedro a convertirse en San Pedro Madera.
Finalmente, el 11 de julio de 1911, el entonces gobernador Don Abraham González marcó un hito en la historia al declarar oficialmente a San Pedro Madera como municipio. Esta designación fue un símbolo del legado perdurable de William C. Greene y su valiosa contribución al desarrollo de una región que floreció gracias a su visión y determinación en el estado de Chihuahua. El nombre “Madera” se convirtió en un estándar de éxito y crecimiento, un lugar donde las oportunidades florecieron y las vidas de las personas se transformaron.
