Introducción: Una Historia Dificil de Contar

Cada persona tiene una historia que contar, conocimiento que transmitir, pero muchos de nosotros preferimos vivir, sentir y experimentar las nuevas aventuras que nos abrazan sin dejar rastro de lo vivido.

Si un árbol cae en un bosque y nadie está cerca para escucharlo, ¿hace algún sonido? Esta es una reflexión atribuida al Filósofo George Barkeley (1985-1753), quién planteó la existencia de la realidad a partir de lo que percibimos o no. Decía que la realidad sólo existe si es observada, es decir: una persona cobra identidad de su existencia a partir de la aceptación y reconocimiento de las demás personas. Tomando esto como base, puedo decirte que una persona vivirá tanto como su nombre.

En algún momento de la historia conocida, cuando el silencio se hizo presente y captó nuestra atención, nos permitió escuchar la naturaleza, observarla, aprender y crear. Todo está ahí y somos parte de ello, no hay respuestas cuando se terminan las preguntas, ¡la naturaleza no nos pertenece, nosotros le pertenecemos! El ser humano ávido de percepción, acústica y táctil, además, su natural curiosidad y necesidad de comunicarse, lo llevó a imitar el mapa sonoro de su entorno, siendo creadas de esta manera las onomatopeyas. Comenzó a crear sus propios fonemas y junto con otras peculiaridades que surgieron a lo largo de la historia, permitió que se formara uno de los sistemas de comunicación más fundamentales para el ser humano: el lenguaje.

Ya sea oral, escrito o en cualquiera de sus formas, el lenguaje es y será una de las herramientas más importantes para trascender. Gracias a este, podemos revivir relatos sumerios de unos 5 mil años de antigüedad, donde se relata la historia de la creación del hombre y la epopeya de Gilgamesh (el texto más antiguo de la humanidad) o bien, la grandiosa historia egipcia, el nacimiento del imperio romano y su decadencia, la edad media y la Santa Inquisición, la edad moderna con su renacimiento, la Revolución industrial y claro, todos los acontecimientos de la época contemporánea. Todo está escrito y gracias a eso podemos echar un vistazo en la historia a través de las letras que nuestros antepasados dejaron para nosotros.

Cada persona tiene una historia que contar, conocimiento que transmitir, pero muchos de nosotros preferimos vivir, sentir y experimentar las nuevas aventuras que nos abrazan sin dejar rastro de lo vivido. Cada momento puede quedar plasmado en un hilo de historias que, al ser contadas y/o leídas, nos permitirán extender nuestros horizontes para vislumbrar la inalcanzable e imponente eternidad que… al darte cuenta de su existencia deja una sensación de vacío y frío como el que deja un balde de agua helada en la espalda, pues, una vida humana es pasajera, tan efímera como la felicidad. Sin embargo, este anecdotario tiene el fin de transmitir las historias que forjaron mi vida con la esperanza de vivir en tus pensamientos.