Forjando el Futuro: La Explotación Forestal y el Desarrollo de la Región Serrana de Chihuahua
En la segunda década del siglo XX, la Mexico Northwestern Railway Co. se vio inmersa en una feroz batalla legal contra el gobierno mexicano. Al mismo tiempo, los campesinos de la región comenzaron a organizarse para solicitar al gobierno la asignación de tierras con el objetivo de crear ejidos. En 1925, se marcó un hito crucial cuando el gobernador del estado aprobó la primera solicitud de un grupo de campesinos de San Pedro Madera. Luego, en octubre de 1926, el entonces presidente de la república, Plutarco Elías Calles, asignó 2,527 hectáreas de tierras, tomando terrenos de las propiedades de los señores Stark y Hearst.
Avanzando hacia la década de los 30, las compañías continuaron operando gracias a un contrato de arrendamiento que abarcaba una superficie de cien mil hectáreas en la hacienda San José de Babícora, hoy conocida como Año de Hidalgo. Nombres como Nicolás Bravo y Socorro Rivera se destacaron en este período. Sin embargo, este contrato de arrendamiento fue cancelado en marzo de 1944, marcando un cambio significativo.
Podemos afirmar que, desde los albores del siglo XX, cuando las empresas del Sr. Green prometían un futuro más próspero, la zona serrana del estado de Chihuahua comenzó a poblarse gradualmente. Este proceso llevó a la creación de diversos poblados que exigían la atención del gobierno. Hasta 1942, solo una parte de los bosques había sido explotada, sin aportar beneficios tanto a la sociedad como a la naturaleza.
En la década de los 40, se identificaron vastas zonas catalogadas como enormes reservas forestales. Sin embargo, se requerían inversiones considerables para desarrollar infraestructura vial y rutas de extracción de productos forestales. Las empresas dudaban en continuar invirtiendo debido a los cambios políticos derivados de la Revolución Mexicana. No obstante, la riqueza potencial de la explotación forestal seguía siendo evidente. La Segunda Guerra Mundial desencadenó un aumento significativo en los precios de la madera, llegando a cuadruplicarse, subrayando así la riqueza que representaban las vastas reservas forestales en manos de los empresarios.
Fue entonces cuando se gestaron nuevos planes para aprovechar los recursos forestales. Se hizo necesario construir una red de carreteras que permitiera el transporte de grandes volúmenes de madera hasta las vías del ferrocarril que conectaban Ciudad Madera con Ciudad Juárez. En marzo de 1940, comenzó la construcción de la vía que iba desde Estación Cumbre hasta El Largo.
Además, se desarrollaron una variedad de carreteras para la extracción de madera mediante camiones troceros, que recogían madera de los aserraderos móviles diseminados por toda la región. Estos camiones descargaban su carga en los principales aserraderos. Otros tramos vitales que se construyeron incluyeron la carretera desde Ciudad Madera hasta Huápoca y hasta El Tenedor. En total, se construyeron 584 kilómetros de carreteras hasta 1950.
Este período marcó una transformación significativa en la explotación forestal de la región, con la creación de infraestructura esencial para el transporte y la consolidación de una industria que se convertiría en una fuente importante de riqueza y desarrollo en la zona.