En los difíciles comienzos de Madera, tras las secuelas devastadoras de la crisis ocasionada por la quiebra de las empresas del Sr. Green, los valiosos recursos naturales de la región quedaron en manos de unos pocos. Como mencioné previamente en publicaciones anteriores, las tierras de Madera siempre han sido una fuente de riqueza en todos los aspectos. Sin embargo, en aquellos tiempos, la madera emergía como uno de los recursos más codiciados. ¿Pero por qué la madera poseía y aún posee un valor tan significativo?
La madera es un material natural que se encuentra en forma de troncos y ramas de árboles, lo que facilita su obtención y manipulación. Puede ser moldeada directamente, eliminando material para darle la forma deseada, o transformada en productos derivados mediante la utilización de sus resinas, cortezas y otros componentes. Esta sustancia es higroscópica y responde a las variaciones de humedad en su entorno, alterando su volumen en consecuencia.
La madera está compuesta principalmente de fibras de celulosa, el biopolímero natural más abundante de la corteza terrestre. Gracias a su versatilidad, la humanidad ha desarrollado una amplia gama de productos derivados de la madera, así como de las otras sustancias que la acompañan, como almidones, aceites y resinas, junto con sus respectivos subproductos, como el aguarrás y la trementina.
Debido a su dureza y densidad, la madera es un excelente aislante tanto térmico como eléctrico, además de funcionar como un eficaz conductor acústico. La diversidad de árboles en la Tierra, con más de 60.000 especies, resulta en una variedad igualmente vasta de tipos de madera. Estos se clasifican generalmente en dos categorías: maderas blandas o tempranas y maderas duras o tardías.
Además, la madera ha sido un componente esencial en la mayoría de las herramientas utilizadas por la humanidad a lo largo de su historia. La relación del ser humano con este material se remonta a más de dos millones de años atrás, cuando los primeros Homo sapiens utilizaron ramas para satisfacer sus necesidades básicas.
Con la llegada de la industrialización, la demanda de madera se incrementó significativamente debido a sus múltiples aplicaciones. La especialización laboral, la simplificación y estandarización de los procesos de fabricación requirieron con frecuencia piezas prefabricadas de madera. Como resultado, los productos de madera comenzaron a desempeñar un papel fundamental en las líneas de montaje a principios del siglo XX.
Dado que el uso de la madera como combustible, herramienta y en innumerables aplicaciones está profundamente arraigado en la psique humana, surgió la necesidad de regular su explotación. En respuesta a esta necesidad, se promulgó la Ley para la explotación de bosques y terrenos baldíos el 26 de marzo de 1894 en varios países de América Latina, incluyendo México y otros países de la región. Esta ley representó un hito histórico en la regulación y promoción de la explotación de recursos naturales, específicamente los bosques y terrenos baldíos, en una época en la que la expansión territorial y la explotación de recursos eran cuestiones de importancia vital en América Latina.
Los objetivos principales de estas leyes incluían fomentar la colonización y el desarrollo agrícola al permitir la concesión de tierras baldías a particulares y empresas, establecer pautas para la explotación sostenible de los recursos forestales, como la madera, y regular el uso de la tierra y los recursos naturales para prevenir la sobreexplotación y la degradación ambiental.
Sin embargo, a pesar de ser una regulación integral, esta no se aplicaba a los terrenos de propiedad privada, como era el caso de la compañía México Northwestern Railway Co. En consecuencia, la empresa tenía la capacidad de explotar sus bosques de manera casi ilimitada, con el principal objetivo de obtener madera al menor costo posible y con un mínimo interés en la conservación del ecosistema circundante.
La historia de Madera y sus valiosos recursos naturales nos recuerda que el lugar donde vivimos es un tesoro que debemos cuidar y gestionar de manera responsable. A través de la regulación y la conciencia ambiental, podemos asegurarnos de que los recursos naturales sean una fuente sostenible de prosperidad para las generaciones futuras, en lugar de agotarlos sin consideración. La madera, con su versatilidad y utilidad, es un recordatorio de que nuestra relación con la naturaleza debe basarse en el respeto y la preservación, para que siempre podamos disfrutar de sus beneficios.