CASA COLORADA:
ÉXITO FORJADO CON DETERMINACIÓN.
Sumergirse en los recuerdos de Casa Colorada es como retroceder en el tiempo, a una infancia inundada de alegría. Junto a amigos entrañables como Chuyin, Pedro y Chalo, explorábamos increíblemente los montes y nos sumergíamos en los ríos, estableciendo un vínculo profundo con la naturaleza. Los bosques encantados y los rincones prodigiosos, como el enigmático Vivorero, resucitan memorias latentes con vitalidad. Al cerrar los ojos y recordar mi infancia, puedo sentir el frescor de la humedad y los aromas del petricor y el encino me transportan sin esfuerzo al niño radiante que deambulaba por el ejido de Casa Colorada. Cada rincón explorado y risa compartida convergen en este lugar, tejido en un capítulo imborrable en las páginas de mi vida. Saber que mi abuelo Emilio Márquez Duarte fue uno de los fundadores de este ejido me llena de un orgullo indescriptible. Es por eso que dedico este breve artículo sobre la fundación del Ejido Casa Colorada a la memoria de mi abuelo.
Forjando un Futuro de Esperanza y Superación
En un rincón remoto del Municipio de Madera, en el Estado de Chihuahua, México, un grupo de campesinos que residían en el poblado denominado “Casa Colorada”. Entre ellos se destacaban tres hombres valientes y decididos: Ernesto Rico D., Emilio Márquez D. y Jesús Valenzuela Delgado. Estos tres amigos compartieron un sueño en común: transformar sus vidas y las de su comunidad a través del esfuerzo y la perseverancia.
Todo comenzó en el año 1986, cuando este grupo de campesinos presentó una solicitud al Gobernador del Estado de Chihuahua para la dotación de tierras. Sin embargo, no fue un camino fácil. Su solicitud inicial omitía señalar las fincas específicas que podrían ser afectadas por la dotación de tierras, lo que seguramente terminará en el proceso.
A pesar de los obstáculos, la Comisión Agraria Mixta en el Estado tomó la iniciativa y estableció el procedimiento agrario correspondiente. Ernesto Rico D., Emilio Márquez D. y Jesús Valenzuela Delgado fueron designados como Presidente, Secretario y Vocal del Comité Particular Ejecutivo, respectivamente. Estos hombres asumieron la responsabilidad con determinación y valentía, y así comenzó su viaje hacia el éxito.
El año 1987 marcó un hito importante en la historia de estos campesinos. La solicitud de dotación de tierras fue publicada en el Periódico Oficial del Gobierno Local, mostrando expectativas y esperanzas en toda la comunidad. A medida que avanzó el proceso, se llevó a cabo investigaciones exhaustivas sobre los predios y se notificó a los propietarios de las fincas dentro del radio de afectación.
Ernesto, Emilio y Jesús lideraron increíblemente estos esfuerzos. Asumieron roles cruciales en la toma de decisiones y en la comunicación con las autoridades. No fue un camino exento de desafíos; se enfrentaron a dificultades técnicas ya la necesidad de cumplir con los requisitos legales. Sin embargo, su tenacidad y dedicación los impulsaron a superar cada obstáculo.
La comunidad de Casa Colorada también se unió a su lucha. Estos tres hombres inspiraron a sus vecinos a unirse en torno a un objetivo común: la creación de un futuro mejor para todos. La cooperación y el sentido de comunidad fortalecieron su determinación y les permitieron superar las adversidades.
El año 1993 marcó el punto culminante de su arduo trabajo y sacrificio. El Tribunal Superior Agrario emitió una sentencia a favor de la dotación de tierras para el poblado de Casa Colorada. Ernesto, Emilio y Jesús lograron su objetivo y aseguraron un futuro promisorio para su comunidad. La tierra que se les dotó se convirtió en un símbolo de esperanza y superación, un lugar donde podrían construir una vida mejor para ellos y para las generaciones venideras.
La historia de Ernesto Rico D., Emilio Márquez D. y Jesús Valenzuela Delgado es una prueba viviente de que el sacrificio, la tenacidad y la esperanza pueden superar cualquier obstáculo. Su valiente liderazgo y dedicación inquebrantable cambiaron el rumbo de su comunidad y demostraron que, cuando se unen en la búsqueda de un sueño, se puede lograr lo imposible. Su legado perdurará como un recordatorio inspirador de que con determinación y unidad, cualquier desafío puede convertirse en una historia de éxito.